Unos pringadillos más, llamados LEXER, que vienen a descubrir la penicilina en el S.XXI. Detras de un nombre que parece tener algo que ver con leyes, abogados y pantuflas, pero que no pasa de chapucero, como todos los de su gremio, se esconde una panda dedicada a estafar a incautos con pretextos de deudas que ni se molestan en comprobar. De hecho, ese es su negocio, una simple estafa por acojone. De entre las llamadas y mensajes que realizan/envÃan al dÃa, miles y desde distintos números, usando distintos nombre según sopla el viento, siempre hay gente que por unos motivos u otros se asusta, se quedan en duda, etc. y pican, acaban pagando cosas que estos estafadores pintan muy serias y en realidad no pasan de eso, puro TIMO. Parecidos a los amigos de las cartas "superserias" y muy muy legales que parecen llegar desde el corazón de alguna institución muy seria y oficial, desde un juzgado o desde el mismÃsimo Mordor (aunque se les "olvida" mandarlas certificadas), pero que carecen de cualquier valor útil distinto al de recoger las caquitas del perro cuando lo sacas a la calle. No dan para mucho más, personal poco cualificado para nada, carente por defecto de posibilidades de trabajar, necesitan un puesto donde la mayor dificultad sea pegar sellos. Estas pandillas llamadas empresas de recobros ni siquiera buscan cobrar deudas de terceros, son aun más rastreros, buscan colocarte una supuesta deuda que sacan al tuntún, con el nombre de alguna empresa de servicios detrás para que el nombre os impresione y os creáis que es algo real y serio, y pillar algo contante y sonante. No pasan de burdos, pero aun asà todos los dÃas estafan a personas. Consejo: cualquier deuda reclamada, cierta o falsa, la pida el rey o el espiritu santo, la debe reclamar el que quiera cobrar y demostrarla, y para eso existe una cosita llamada JUZGADO donde habita un señor llamado JUEZ que los suele poner en su sitio si se les ocurre aparecer por allà con milongas, por eso no van.